martes, 12 de mayo de 2009

Marxismo y cristianismo




Estimados Amigos,

Con gran satisfacción presentamos la obra de uno de los más grandes filósofos del final del siglo XX y comienzos del XXI, Alasdair MacIntyre. Esta obra, publicada por primera vez en inglés en 1953 bajo el título Una interpretación del marxismo, aparece aquí tal como el mismo autor la revisó en 1965, y la ha vuelto a publicar en 1995, después de su entrada en la Iglesia Católica en 1982 tras un largo recorrido humano e intelectual. El mismo MacIntyre explica en parte ese recorrido en una Introducción fascinante que por sí misma haría valiosa la traducción de esta obra al español. En la obra misma hay, por supuesto, muchos razonamientos de valor permanente, y otros ciertamente discutibles, como el autor mismo es el primero en reconocer, pero ninguno que sea vulgar, o que no sea digno de consideración atenta.

Sin duda hay que leer esta obra a la luz de las reflexiones posteriores del autor, especialmente ese clásico de la filosofía contemporánea que es Tras la virtud (Ediciones Crítica, Barcelona, 1984), y también Tres versiones rivales de la ética: Enciclopedia, Genealogía y Tradición (Ediciones Rialp, Madrid, 1992), Justicia y racionalidad: conceptos y contextos (Ediciones Internacionales Universitarias, Madrid, 1994), y Animales racionales y dependientes: Por qué los seres humanos necesitamos las virtudes (Paidos, Barcelona, 2001). Pero también esta obra sirve de contexto e ilumina aspectos y preocupaciones importantes de esos trabajos posteriores.

Marxismo y cristianismo tiene interés para todos aquellos que desean comprender mejor la cultura de la modernidad y las transformaciones que suceden en ella, y especialmente para quienes se preocupan por la relación entre cristianismo y modernidad. También es útil para poner de manifiesto la trágica falsedad de un modo de comprender el cristianismo que, tras el fracaso del marxismo en sus distintas formas, considerase como inevitable la necesidad de “complementar” la fe cristiana con la ideología sólo superficialmente rival del marxismo, el liberalismo.

NUEVO INICIO, en colaboración con el Instituto de Filosofía Edith Stein, de Granada, publicará próximamente las dos obras más recientes de MacIntyre: Edith Stein: un prólogo filosófico,1913-1922 (2005), y los dos volúmenes de sus Ensayos reunidos: La filosofía y sus tareas (vol. 1), y Ética y política (vol. 2), que recogen sus artículos más recientes, y han sido publicados en 2006.


Titulo: Marxismo y cristianismo

Autor: Alasdair MacIntyre


Traducción: Francisco Javier Martínez
Sebastián Montiel

Colección: Areópagos

Publicaciones del Instituto de Filosofía
"Edith Stein" en Granada

Editorial: Nuevo Inicio S.L.

Lengua: Castellano
Encuadernación: Rústica
Medidas: 155x215
Páginas: 144
ISBN10: 84-934760- 5-6
ISBN13: 978-84-934760- 5- 2

P.V.P. 19,00 Euros

Disponible en las librerías de toda España y también on-line desde www.nuevoinicio.es

2 comentarios:

  1. El cristianismo no tiene fáciles sustitutos.

    Uno de los pensadores contemporáneos más interesantes es Alasdair MacIntyre. Su libro Tras la virtud, editado y luego parece que ocultado por los valedores marxistas de la editorial Crítica, ha marcado a una generación de estudiantes de filosofía y de ciencias sociales. Ahora, la ejemplar editorial Nuevoinicio, de Granada, se ha lanzado a la aventura de ofrecernos algunas de las obras más significativas de este autor aún no traducidas al español.

    La primera, Marxismo y cristianismo, que, pese a mantener intactas la tesis de su primera composición en los inicios de los cincuenta, revisada posteriormente en los albores del 68, hoy ofrece algunas interesantes aportaciones para entender lo que nos está pasando en la actualidad.

    De la Introducción, escrita en el año 1995, nos quedamos con un análisis que sintetiza no poca de la historia presente de las relaciones entre teoría y praxis de la Iglesia: “Cuando la teología católica goza de buena salud, su misión propia es la de ayudar a hacer inteligible, en una variedad de contextos de praxis, lo que la Iglesia enseña con autoridad como Palabra de Dios revelada a ella misma y al mundo. Pero cuando la teología no se subordina a esa enseñanza, sino que se proclama independiente de ella, y en la medida en que lo hace, se convierte en un conjunto más de opiniones religiosas rivales, opiniones a veces de gran interés, pero que funcionan de un modo muy diferente al de la teología al servicio de la Iglesia y de su misión de enseñar”.

    Hay muchas buenas ideas en este libro que sostiene la tesis argumentada de que el marxismo no está en una relación de antagonismo con el cristianismo, más bien tiene los rasgos de una herejía cristiana. Nos recuerda que la secularización de la vida social ha sido más lenta, menos compleja y menos radical de lo que los ilustrados, y sus seguidores, habían anunciado y propagado.

    Además, pese a la insistencia con que profetizaban que el cristianismo iba a ser sustituido en las sociedades avanzadas por una explicación racional del hombre y de la naturaleza, se da la paradójica situación de que las preguntas acerca de Dios, de la inmortalidad, de la vida moral, de la religión no han variado en cantidad, sí probablemente en calidad. Han sido sustituidas por respuestas seculares. Los hombres del presente no serían ateos, a lo sumo no teístas. El cristianismo no tiene fáciles sustitutos.

    Hace unos días, el cardenal arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares Llovera, declaraba, en referencia a la marca negra de exposiciones que suponen una “auténtica mofa a la realidad de Dios y de Jesucristo en sí mismo”, que “ahora es en Ibiza y en Madrid, pero antes lo fue en Badajoz, y en muchos otros sitios. Todo forma parte de un proyecto para erradicar a Dios de la sociedad, que no cuente en la vida pública y en la cultura. Hay que eliminar a la Iglesia católica, destruirla, esto es así”.

    Un proyecto social y cultural, alentado por ciertos poderes públicos que no debieran olvidar lo que el pensador escocés Alasdair MacIntyre nos recuerda en sus textos.

    La Gaceta de los Negocios
    José Francisco Serrano Oceja
    26/09/07

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  2. MacIntyre es sobre todo conocido por su obra Tras la virtud. Ha escrito muchos otros libros relevantes como Tres versiones rivales de la ética y sus aportaciones al debate social contemporáneo son importantes, aunque apuntan formas de anquilosamiento en sus comentaristas y seguidores. En directo es más luminoso de lo que uno imagina a través de sus voceros, aunque ya sabemos que leer agota y más en una época de auténtica vorágine editorial.
    También Marxismo y cristianismo, que es como un libro de juventud intelectual, y que visto en perspectiva puede parecer un escarceo indecoroso del autor, tiene puntos brillantes y una tesis que vale la pena recuperar para pensarla en estos tiempos en que el liberalismo lo invade todo y hasta se ha infiltrado en los movimientos pro cambio climático rompiendo, de esta manera, un reducto que siempre mantuvo la izquierda (me refiero a la no burguesa, porque la de ahora es de otro talante).

    Dice nuestro autor: “Tanto el marxismo como el cristianismo rescatan la vida del individuo de la insignificancia de la finitud, poniendo de manifiesto cómo el individuo participa o puede participar en un drama que abarca la historia entera del mundo”. La propuesta liberal no pasa del monólogo y, generalmente ante el espejo, para dar un aire de sociedad.

    El éxito del marxismo, como ideología no en su concreción práctica, señala nuestro autor (en coincidencia con otros análisis), de su carácter de herejía cristiana. La inmanentización del Reino, pareja a la consideración de la religión como sustancia opiácea alienante, pone en marcha una esperanza que ayuda a los individuos a comprenderse en la historia y a tomar una postura crítica frente a la sociedad. El marxismo constituye, así, el único intento serio de ofrecer una alternativa a la religión una vez esta fue finiquitada por el pensamiento ilustrado. Precisamente MacIntyre, después de analizar lo que Marx toma de Hegel y el influjo de Feuerbach, se fija en ese aspecto de esperanza (secularizada) como virtud social que contiene el marxismo. Ello es posible porque existe una pregunta sobre la naturaleza del hombre y de la sociedad así como una mirada sobre el pasado y una prospectiva de futuro.

    MacIntyre se fija en la gran crítica que el marxismo hizo al capitalismo clásico y encuentra a faltar otra gran ideología que haga lo mismo con el liberalismo actual. Entiéndase bien que nuestro autor no reivindica el marxismo, sino que encuentra en él algo que hoy no existe y ello mientras, con la religión en retirada, el hombre queda preso de los poderes públicos y las pequeñas sociedades, en las que es posible la verdadera vida comunitaria, sufren los efectos corrosivos del capitalismo o la agresividad del omnipotente Estado.

    La distancia de los años, el original es de 1953, con revisiones de 1968 y 1995, no ha menguado para nada el interés de esta obra, que resulta útil tanto por la interpretación que hace del marxismo, como por las perspectivas que abre frente al monopolio liberal. El título no es engañoso, pero para entenderlo en todo su alcance hay que leer el libro, lo cual, de cualquiera de las maneras, es más que interesante.

    Juan Hernández


    Hispanidad, 10.12.2007

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